Campaña por la eliminación de las patentes
Todo un debate se ha estado dando a nivel mundial acerca de la exención de las patentes de la vacuna contra el covid-19. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom advirtió a los gobiernos y a las farmacéuticas que: “a menos que eliminemos el virus en todas partes, podríamos terminar en el punto de partida”. Esta afirmación se debe principalmente al hecho de que mientras más tiempo nos tardemos en vacunar a la población mundial, el coronavirus tendrá más posibilidades de mutar y evadir las vacunas haciéndose éstas menos eficaces para contener la enfermedad. Un claro ejemplo ha sido Brasil donde varios expertos alertan de que puede convertirse en una “fábrica” de variantes capaces de escapar a la eficacia de las vacunas, lo que, como alertó Adhanom, nos podría llevar al punto de inicio de la pandemia.
El asunto de las potenciales variantes del covid-19 no es cualquier detalle para comprender por qué la industria farmacéutica se ha negado rotundamente a la solicitud hecha por gobiernos y por Naciones Unidas de levantar las patentes y, por lo tanto, no ha querido transferir sus licencias, conocimiento y tecnología para que otras empresas se sumen a la producción masiva de las vacunas y de esa manera inmunizar en el menor tiempo posible a la población mundial.
Se estima que se requieren entre 10.000 y 14.000 millones de dosis este año 2021 para garantizar la inmunización del 80% de los 7.700 millones de personas que habitamos el planeta, capacidad de producción que no tienen las empresas farmacéuticas que han desarrollado las vacunas. Adicionalmente, y por si no fuese suficiente, de ese total, más de dos tercios ya han sido demandadas y comprometidas a los países ricos según informes de la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias.