La importancia del salario para el macroscópico universo de millones de trabajadores
Hay quienes en Venezuela despachan el asunto del salario como si no fuese relevante, como si se tratase de un aspecto más entre otros tantos temas. Con ligereza transmiten el mensaje de que mientras sigamos asediados por EEUU no hay mucho que se pueda hacer para ajustarlos a niveles dignos. No plantean soluciones y ante las solicitudes de aumentos salariales la respuesta es: “no se puede repartir lo que no existe, hay que producir y para eso hay que trabajar” como si no lo hiciéramos todos los días.
Somos casi 14 millones de trabajadores activos los que en Venezuela vivimos, repito, vivimos, de una quincena. El 92% de la población ocupada de este país, según los últimos datos del INE, pertenecemos a la clase asalariada, de los cuales, 3,3 millones trabajamos en la administración pública. Del salario mínimo legal también viven 5 millones de pensionados. Sumamos 19 millones de personas, algo así como el 63% de la población. El otro 37% de la población incluye a los menores de 15 años, ósea nuestra prole, más aproximadamente un millón de personas desempleadas, y unas 347.170 personas que según cifras del INE son patronos, es decir pertenecen a la otra clase: a la burguesía.
El salario es importante no solo porque de este depende la vida y la calidad de vida de un gentío aquí en Venezuela y en el mundo entero, sino porque, dada una acumulación originaria del capital, y en el marco del proceso social del trabajo, determina las grandes desigualdades que derivan en pobreza, injusticias, hambre y miseria. Comprender por qué el 1% de la población mundial se apropia del 82% de lo que se produce, que dicho sea de paso lo produce el trabajador, pasa por analizar cómo se distribuye la riqueza en el propio proceso social del trabajo y por lo tanto cómo se reparte dicho producto entre salario, repito, salario, y ganancia. No por casualidad uno de los primeros postulados del neoliberalismo ha sido la congelación de los salarios y la liberación de los precios, lo que no es otra cosa sino el propósito de aumentar la ganancia, siendo esta la diferencia entre el precio y el salario.